domingo, 25 de julio de 2010

Te acuerdas? “La Patria”




Mi libro de primer año.

"La Patria

Fue en 1959 por decreto del presidente Adolfo López Mateos, cuando se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), cuyo objetivo fue editar y distribuir los libros escolares para todos los niños que cursaban la primaria.

En esa época la educación no tenía los mejores resultados: de cada mil niños que ingresaban a la primaria, 866 desertaban antes de terminarla. De los 58 que cursaban la secundaria, sólo la concluían 12. A la educación superior se registraban seis y no terminaban cinco. En ese contexto fue hacia 1960 cuando se entregaron las primeras ediciones de LTG.

Con la celebración del 150 aniversario de la Independencia de México y el 65 de la Revolución Mexicana, surge la idea de retomar estos acontecimientos y plasmarlos en las primeras portadas de los libros.

Esta propuesta fue entregada al escritor Martín Luis Guzmán, empresario del ramo editorial y nombrado director de la Conaliteg, quien convocó en 1960 a grandes muralistas como: David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Raúl Anguiano, Alfredo Zalce, Fernando Leal, José Chávez Morado, entre otros, a quienes les propuso pintar cuadros con características específicas referente a los símbolos patrios o pasajes de la historia.

La primera obra que llegó a manos de los niños mexicanos fue la de Alfredo Zalce, la cual retrata al pueblo armado dispuesto a la lucha por un cambio, nos muestra también un campo productivo y una industria floreciente.

Dos años después se decide modificar estas portadas con una obra de Jorge González Camarena: “La Patria”, que muestra una figura materna, una mujer protectora, fuerte que tiene los brazos abiertos y al mismo tiempo es cobijada por las alas del águila mexicana, la bandera tricolor de nuestro país y en una mano sostiene un libro en donde se desprende la sabiduría para el pueblo.

El cuadro de “La Patria” deja ver el mestizaje puro de la mujer indígena en donde González Camarena tuvo de modelo a una tlaxcalteca de nombre Victoria Dorantes.**

Esta imagen se mantuvo vigente durante diez años y se editaron 400 millones de ejemplares. “En todos lados la reconocen, mucha gente se expresa de esta portada con cariño, en las ferias del libro llevamos algunas ediciones como exhibición, porque la sociedad siempre quiere verlas”, señaló en entrevista Bertha Hernández González, titular de la Unidad de Difusión, Relaciones Públicas y Patrimonio Histórico de la Conaliteg.

La funcionaria agregó que imágenes como las de González Camarena, “son queridas más allá de nuestras fronteras, pues en los núcleos de población migrante de Estados Unidos también se emocionan mucho cuando la ven”.

A decir de la representante de la SEP, los libros de texto gratuitos con sus portadas de grandes pintores y muralistas, se distribuyen con el fin de provocar un impacto artístico, es decir, es una invitación para que los niños quieran después conocer la obra completa del autor.

Con este proyecto —que permanece vigente hasta nuestros días— la Conaliteg busca difundir las obras más significativas de artistas mexicanos y extranjeros a través de convocatorias que hace la Secretaría de Educación Pública."
Luz Ma. Carrillo
El periódico del Magisterio.
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** La patria se llamaba Victoria Dornelas.
"Durante muchos años, Jorge González Camarena pintó a su ideal de mujer mexicana: ojos profundos, cabello azabache, piel morena, bien formada, un tanto corpulenta, segura de sí misma, majestuosa.

Sucedió que un día el pintor se topó, en la realidad, con ella. Su nombre: Victoria Dornelas, de quien quedó de inmediato prendado.

La leyenda cuenta que se trataba de una muchacha originaria de Tlaxco, Tlaxcala, donde inclusive existe una estatua dedicada a quien fuera la modelo del célebre cuadro La patria, imagen que durante muchos años ilustró los libros escolares de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El óleo sobre tela, de 120 x 160 centímetros, fue realizado en 1962. Desde ese año y hasta 1972, la obra ilustró más de 350 títulos de publicaciones, imprimiéndose un total de 523 millones de ejemplares, entre materiales para profesores y alumnos. En 1992, la SEP retomó la obra para las ediciones conmemorativas.

Marcel González Camarena afirma que personalmente viajó a Tlaxco para buscar algún rastro de Victoria, “pero no hay ni datos en el registro civil ni en los libros de bautizo, no hay familiares. Nadie sabe nada de ella en ese lugar.

“Pero sí existió. Mi abuelo la conoció a los 16 o 17 años, estaba casada con el guarura de algún político. Deben de haberse encontrado por ahí de 1959 o 1960, pero él ya la había pintado muchos años antes.

“Es decir, nunca me lo platicó, yo lo investigué después, ya que me imagino el impacto que le causó conocer a su ideal de mujer, porque las facciones de Victoria son idénticas a las de las mujeres que pintó mucho antes de conocerla.

“Ella no quería ser su modelo, decía que su marido la iba a matar. Al final aceptó, dejó al esposo y mi abuelo no sólo la inmortalizó en La patria, sino en un montón de cuadros. Vivieron un tórrido romance durante muchos años. Después, nunca se supo más de ella.”
Mónica Mateos-Vega
La Jornada. 24 Marzo 2008.

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